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*Ubicación desconocida*
8:42 a.m.
Las cuatro paredes de la habitación
eran blancas, incluso el techo, incluso el suelo. El marco de las pantallas de
los ordenadores compartían color con las paredes y hacían juego. Los muebles
blancos, palideciendo junto a su entorno. Un sitio níveo y apacible casi en
calma, el silencio sería total de no ser por el tecleo de las personas que ahí
se encontraban, todos vestían batas blancas, la mayoría de ellos usaba gafas de
aumento y unos audífonos en los oídos con un micrófono anclado, todo en la
misma pieza. Dispositivos extraños conectados a sus computadoras de última
generación. Todo en monocolor, todos ocupados.
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Un sujeto
de cabello corto y negro miraba fijamente la pantalla frente a él, los
destellos del proyector de imágenes se reflejaban en sus gafas: luces de
colores, a veces se apagaba, parecían parpadear en colores iridiscentes,
resultado del cambio continuo de ventanas del software y del arduo trabajo del
sujeto. Tecleó algunos números, llevó su mano hacia los audífonos y presionó un
botón en ellos, una voz delgada y sutil salió de sus labios. A pesar de estar
rodeado de otras personas que hacían cosas similares a las de él, no hablaba
con ellos, sino con alguien más del otro lado de la línea.
—Aquí,
Garand.
—Señor, ha
aparecido uno nuevo.
—Interesante,
hacía varios meses que eso no ocurría.
—Así es,
señor. Y hoy en lo que va del día han sido cuatro.
—
¿Cuatro? ¿En un solo día?— La voz varonil e
indiferente de hasta entonces dio un alarido de sorpresa— ¿Por qué no me habías
informado antes? Cuando los tres pasados fueron hallados.
Un silencio sepulcral se apoderó de la
conversación, el tipo de gafas enmudeció, dubitativo, estaba escogiendo sus
palabras con cuidado, para no sonar irreverente.
—¿Chip? –Preguntó insistente.
El sujeto salió de su ensimismamiento y
balbuceó unos instantes antes de responder, se acomodó en su silla reclinable y
tecleó con rapidez hasta obtener lo que buscaba en la pantalla.
—Lo… lo siento, señor.
—
¿Por qué no se me informó con anticipación?
—Están muertos.
El silencio abrumó la línea telefónica
de nuevo. Hasta que Chip devolvió la vida a la conversación.
—
Los tres anteriores están muertos, señor.
—
¿Cómo es eso posible? Eso no ocurría desde hace
décadas.
—
¡Pero hoy si! —Chip levantó la voz de inmediato,
cuando cayó en cuenta que estaba gritoneándole
a un superior intentó compensar su falta —. No quería dar tantas malas
noticias tan seguido, señor. Pensé en hacer un reporte con las bajas y
entregárselo después.
Un fuerte suspiro se
escuchó por la bocina. Garand se encontraba dubitativo, no había reprendido a
Chip, de momento le parecía coherente su explicación, sin embargo el informe
aún no estaba completo.
—¿Qué hay del cuarto?
¿También murió?
—No, señor, ha….ha
sobrevivido. Realmente fue su día suerte, tuvo que librar varias anomalías.
—¿Anomalías? Sé que
todo esto es raro, pero si algo me inquieta demasiado es que algo tan extraño
pueda volverse aún más extraño, ¿qué es?
—No estamos seguros,
RAK Garand, todo el equipo está investigando y analizándolo. Cualquier novedad
que encontremos se le dará a conocer, señor.
Garand emitió un
sonido gutural que indicaba que asentía, pero no por ello se encontraba
realmente convencido, hizo varios sonidos más con la boca, pensativo. Segundos
después las palabras emergieron de nuevo.
—
Entendido. ¿Y entonces… quién es el que
sobrevivió?
—
Un Legacy.
—
¡¿Un Legacy?!
¡No puede ser! ¿Quién es? ¿Lo conozco? ¿Conozco a su ascendant?
—
Proviene de… Un momento déjeme reconocer su access.
—
Querrás decir bond Access.
—
Eso mismo, señor. Lo siento, deme unos segundos.
Chip movió sus dedos
con su rapidez característica sobre el teclado, media docena de segundos
transcurrieron cuando la imagen de un collar negro y brillante apareció en la
pantalla, con una forma particular…
—Lo tengo señor, es
un dije de obsidiana con forma de un caballo corriendo en llamas, tiene cara de
humano.
El dije, en detalle
se trataba de un centauro envuelto en llamas, sus pesuñas irradiaban flamas.
Toda la figura se encontraba rodeada por un círculo de fuego como contorno, los
detalles de la figura eran precisos, podía distinguirse cada parte del cuerpo
del ser mítico a pesar de que todo era de un color oscuro y muy brillante,
resplandeciente a la luz.
—
Scorched
Centaur— Dijo Garand en un susurro.
—
¿Lo conoce, señor?
Garand no respondío y enseguida colgó el
auricular, una serie de tonos y pulsaciones fue lo único que Chip escuchó,
presionó de nueva cuenta el botón de los audífonos y continuó con sus labores.
Chip era el miembro más reciente de toda la
habitación, había cosas que aún no conocía y otras de las que aún no se le
había informado. Muchas de las preguntas que formulaba obtenían la misma
respuesta “Negación por Confidencialidad”. Pudo haber introducido el nombre en
su ordenador y la base de datos le
proporcionaría la información necesaria de lo que buscaba, pero en lugar de
ello, dio la vuelta, se retiró los audífonos y se dirigió a todos sus
compañeros elevando la voz.
—Disculpen ¿alguien conoce a Scorched
Centaur?
Muchos lo miraron incrédulos, algunos
cuchicheaban entre sí con cautela, otros más reflejaban incertidumbre en sus
rostros pero al final, pasados algunos segundos, todos rieron y se burlaron de
la inocencia de Chip.
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